Mientras los
salarios no dejan de licuarse por la brutal inflación y la devaluación, el
Smata acaba de anunciar que se les descontará el 1% del salario a los casi cien
mil afiliados. La quita compulsiva, avalada por el Ministerio de Trabajo, se
impone con el pretexto de brindar una serie de beneficios “solidarios” (seguro
de vida, sepelio, una canasta escolar y siete días en Mendoza para recién
casados).
Este “paquetito” de beneficios no es más que la fachada para justificar la
transferencia de fondos de los salarios al sindicato y a la obra social. Los
trabajadores están llamados a pagar la cuenta de las estafas con las que la
burocracia (con el clan de José Rodríguez
a la cabeza) quebró a la obra social.
José Rodríguez murió en noviembre 2009, procesado por
administración fraudulenta de la obra social y uso de documentos privados
falsos. En la causa se señala que los
hechos investigados importaron "un desvío de fondos de la entidad, con
evidente ánimo de lucro, a través de maniobras diversas que perjudicaron el
patrimonio social, en beneficio de los nombrados y/o de terceros vinculados a
ellos". El año pasado se descubrieron cuentas en banco suizos por más de
7.000.000, que Rodríguez dejo a la familia. Un prontuario casi idéntico al de
Pedraza.
La complicidad de la actual dirección del SMATA fue (y
es) total. Manrique fue el secretario adjunto de Rodríguez y Pignianelli el
número tres del gremio. Jamás denunciaron ni se delimitaron de los hechos; al
contrario, la reivindicación de Rodríguez es “incondicional”: el nuevo
sanatorio de la Obra Social lleva por nombre “compañero José Rodríguez”. A
confesión de partes…
La ruina en la que dejaron la obra social hizo que los
afiliados migraran en masa a empresas prepagas. Las prestaciones de OSMATA no cumplen lo mínimo indispensable.
Para conseguir un turno de cualquier especialidad hay que esperar meses, no hay
consultorios externos debido a las deudas con los prestadores.
A la escalada inflacionaria que pulveriza nuestros
salarios se suman los despidos y
suspensiones: durante diciembre pasado hubo 30 despidos en Volkswagen Pacheco, y son fuertes los rumores de que
podrían extenderse a más 400 en junio; en la planta de Scania, en Tucumán hubo
7 despidos que motivaron un paro y corte de ruta por parte de los trabajadores.
Hay suspensiones masivas en Renault…
Hay que terminar con esta burocracia corrupta y
entregadora.
La Naranja Mecanica
(COORDINADORA SINDICAL CLASISTA)
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